Este es un trabajo que hice para Comunicación Social sobre una charla que dio el periodista Carlos Gabetta en Rosario, en mayo de 2002 y que a mi parecer tiene aún mucha vigencia en cuanto al tema en cuestión: la libertad de expresión de los periodistas y la venta de noticias truchas a los consumidores de los distintos medios de comunicación. Me pareció piola porque aún algunos abombados/as, entre los cuales me incluyo, muchas veces nos olvidamos y hasta a veces desconocemos el engaño al que nos autosomentemos al creernos todo lo que los medios vomitan. Pensamos que lo único que pasa en el mundo es lo que éstos nos muestran y por si fuera poco, priorizamos lo que ellos priorizan y de esta manera nuestra cosmovisión se reduce a enceder la tele y tragar sin masticar ni un poquito.
Lo peor de todo es que si esto se hace costumbre, después nos constipamos y nos convertimos en gente de mierda.
Libertad de prensa versus libertad de empresa.
Problemática.
Lo peor de todo es que si esto se hace costumbre, después nos constipamos y nos convertimos en gente de mierda.
Libertad de prensa versus libertad de empresa.
Problemática.
¿Cuáles son las condiciones que debe tener una noticia para ser verídica y verdadera? ¿Cómo se llegan a obtener estos valores sin saltar los desafíos diarios de los intereses empresarios? ¿Cómo transmitir la noticia verdadera sin dogmatismo y resaltando el valor y la importancia de ésta al público consumidor?
Hipótesis.
Hipótesis.
Creo que para que una noticia sea verdadera y verídica debemos conocer el elemento más importante del background: el por qué. La investigación y la pureza de las fuentes debe ser fundamental, pero, sobre todo, el compromiso social debido a la responsabilidad por este “quinto poder ” que tienen los medios de comunicación.
Desarrollo.
La elección de una profesión cualquiera debería pasar siempre por el interés individual, ya sea por una cuestión de valores personales, aspiraciones materiales, experiencias previas que descubran vocaciones escondidas u otros tantos motivos. Lo que tendría que ser esencial es que la libertad con la que elijamos una u otra ocupación o carrera esté basada en la capacidad de realizar esa elección y no sólo en la posibilidad de hacerla. De esta forma estaremos haciendo no sólo una visión superficial sino de carácter investigativo, profundizando en el resultado de la lucha entre nuestro concepción del deber hacer y el querer hacer, entre lo que se es y lo que se nos impone como lo que se tiene que ser para ser aceptado por esta sociedad.
De esta misma manera, una vez hecha la elección, la práctica tiende a ponernos en aquella situación a cada instante de nuestro trabajo. Es por esto que, según Carlos Gabetta, “el problema ético-moral que compete a todas las profesiones”, se agudiza en la tarea periodística debido al grado de responsabilidad con la que carga el ejercicio de esta profesión. Es decir, el dilema está muchas veces en saber a quién o a qué responder: ¿al interés periodístico: la búsqueda de la verdad al servicio de la sociedad o al “patrón”- accionista dueño del medio- cuyos intereses, la mayoría de las veces, están ligados a las condiciones del mercado?
Últimamente los trabajadores de los medios se ven reducidos en principio, por la feroz competencia que es consecuencia de la velocidad con la que corre la información y, en segundo lugar, esta rapidez con la que debe ser transmitida. Ésta última, ayuda a que la labor investigadora e interpretativa que deben hacer los periodistas, todo el background (los “por qué”, los “qué”, los “cuándo” y los “cómo”) quede reducido a la línea de expresión de la imagen televisiva. Pero ésto tiene relación directa con la manera en que se manejan los intereses de las que, desde hace ya un tiempo son empresas multimedio, fusiones de empresas periodísticas con empresas de entretenimiento y agencias de publicidad. Estas uniones comerciales que son en última instancia controladas por accionistas a los que se les debe responder, terminan por poner en peligro la veracidad de la información.
Asimismo, según el periodista Jorge Lanata, otra parte de la responsabilidad en cuanto a la transmisión de la información la tiene el gobierno. Dice el periodista: “La información que se difunde es la que el poder está preparado para responder. La información de todos los días es la que quieren que sepas” Y agrega: “Quieren que la sepas porque saben que decirte frente a eso.” Pero, vale acotar, no todos los medios son la prensa oficial ni todas las noticias están completamente “examinadas” y “aprobadas” por los accionistas, dueños de los medios de comunicación. El problema es cuando aparece un descolgado, como cualquiera de nosotros, dándote información que no quieren que sepas. Entonces la ignoran, cosa que pasa muchas veces.”
Es en ese momento cuando se realiza el verdadero trabajo periodístico, el investigativo, el que es libre no solo porque puede elegir sino porque tiene la capacidad de hacerlo.
Pero, a pesar de ahora saber cómo es que se obtiene una noticia verdadera (yendo más allá de lo que está pasando, “fuera del circuito informativo- información pública”) el problema está en transmitir esta verdad al público. Esto es lo más complicado ya que se trata de terminar con la visión simplista, con el sentido común a la hora de analizar e interpretar lo que oímos en la radio, miramos en la tele o leemos en el diario. Según Gabetta “El público debe dejar de pensar que está informado solo por el hecho de entender una imagen. Hay que interpretarla en conjunto con el relato televisivo y además compararla y complementarla con lo que escuchamos en los otros medios acerca de un mismo hecho”
Pero, retornando al tema de la responsabilidad periodística y a pesar de que, según el periodista Daniel Briguet, estar por la libertad de prensa y no por la libertad de empresa puede costar una úlcera o hasta el puesto a un trabajador de los medios de comunicación, la profesión de periodista es respetable. En adhesión a ésto Gabetta dice: “El periodista es alguien que tiene un amplificador, que tiene la posibilidad y el privilegio de dirigirse a mucha gente, que tiene una profesión que en general, y con altibajos, está bastante mejor pagada que las demás, que es la más libre, que le permite viajar, conocer gente interesante. Pero todo eso comporta un deber, una responsabilidad: no creérselo, no engrupirse, no creer que uno es un abregueto y devolverle a la ciudadanía todo eso que no se le da.”
Conclusión.
Desarrollo.
La elección de una profesión cualquiera debería pasar siempre por el interés individual, ya sea por una cuestión de valores personales, aspiraciones materiales, experiencias previas que descubran vocaciones escondidas u otros tantos motivos. Lo que tendría que ser esencial es que la libertad con la que elijamos una u otra ocupación o carrera esté basada en la capacidad de realizar esa elección y no sólo en la posibilidad de hacerla. De esta forma estaremos haciendo no sólo una visión superficial sino de carácter investigativo, profundizando en el resultado de la lucha entre nuestro concepción del deber hacer y el querer hacer, entre lo que se es y lo que se nos impone como lo que se tiene que ser para ser aceptado por esta sociedad.
De esta misma manera, una vez hecha la elección, la práctica tiende a ponernos en aquella situación a cada instante de nuestro trabajo. Es por esto que, según Carlos Gabetta, “el problema ético-moral que compete a todas las profesiones”, se agudiza en la tarea periodística debido al grado de responsabilidad con la que carga el ejercicio de esta profesión. Es decir, el dilema está muchas veces en saber a quién o a qué responder: ¿al interés periodístico: la búsqueda de la verdad al servicio de la sociedad o al “patrón”- accionista dueño del medio- cuyos intereses, la mayoría de las veces, están ligados a las condiciones del mercado?
Últimamente los trabajadores de los medios se ven reducidos en principio, por la feroz competencia que es consecuencia de la velocidad con la que corre la información y, en segundo lugar, esta rapidez con la que debe ser transmitida. Ésta última, ayuda a que la labor investigadora e interpretativa que deben hacer los periodistas, todo el background (los “por qué”, los “qué”, los “cuándo” y los “cómo”) quede reducido a la línea de expresión de la imagen televisiva. Pero ésto tiene relación directa con la manera en que se manejan los intereses de las que, desde hace ya un tiempo son empresas multimedio, fusiones de empresas periodísticas con empresas de entretenimiento y agencias de publicidad. Estas uniones comerciales que son en última instancia controladas por accionistas a los que se les debe responder, terminan por poner en peligro la veracidad de la información.
Asimismo, según el periodista Jorge Lanata, otra parte de la responsabilidad en cuanto a la transmisión de la información la tiene el gobierno. Dice el periodista: “La información que se difunde es la que el poder está preparado para responder. La información de todos los días es la que quieren que sepas” Y agrega: “Quieren que la sepas porque saben que decirte frente a eso.” Pero, vale acotar, no todos los medios son la prensa oficial ni todas las noticias están completamente “examinadas” y “aprobadas” por los accionistas, dueños de los medios de comunicación. El problema es cuando aparece un descolgado, como cualquiera de nosotros, dándote información que no quieren que sepas. Entonces la ignoran, cosa que pasa muchas veces.”
Es en ese momento cuando se realiza el verdadero trabajo periodístico, el investigativo, el que es libre no solo porque puede elegir sino porque tiene la capacidad de hacerlo.
Pero, a pesar de ahora saber cómo es que se obtiene una noticia verdadera (yendo más allá de lo que está pasando, “fuera del circuito informativo- información pública”) el problema está en transmitir esta verdad al público. Esto es lo más complicado ya que se trata de terminar con la visión simplista, con el sentido común a la hora de analizar e interpretar lo que oímos en la radio, miramos en la tele o leemos en el diario. Según Gabetta “El público debe dejar de pensar que está informado solo por el hecho de entender una imagen. Hay que interpretarla en conjunto con el relato televisivo y además compararla y complementarla con lo que escuchamos en los otros medios acerca de un mismo hecho”
Pero, retornando al tema de la responsabilidad periodística y a pesar de que, según el periodista Daniel Briguet, estar por la libertad de prensa y no por la libertad de empresa puede costar una úlcera o hasta el puesto a un trabajador de los medios de comunicación, la profesión de periodista es respetable. En adhesión a ésto Gabetta dice: “El periodista es alguien que tiene un amplificador, que tiene la posibilidad y el privilegio de dirigirse a mucha gente, que tiene una profesión que en general, y con altibajos, está bastante mejor pagada que las demás, que es la más libre, que le permite viajar, conocer gente interesante. Pero todo eso comporta un deber, una responsabilidad: no creérselo, no engrupirse, no creer que uno es un abregueto y devolverle a la ciudadanía todo eso que no se le da.”
Conclusión.
A mi parecer lo que los tres periodistas han tratado de explicar o transmitir, a través de sus artículos- Lanata y Briguet- y en su charla en Rosario el pasado jueves 18 de abril Carlos Gabetta, no es más que la reafirmación de que el trabajo investigativo debe primar a la hora de realizar la labor periodística. Asimismo, para que ésto sea posible se debe contar con libertad de expresión, la cual muchas veces se encuentra coartada por la otra libertad, la que ejercen las empresas de los medios de comunicación. En la medida en que la lucha siga siendo desigual las consecuencias serán reflejo vivo de la derrota de un derecho que nos hemos sabido ganar y en la actualidad, en lugar de ser reprimido por decretos militares, está siendo regulado en el mercado de valores.
Para seguir leyendo:
Para seguir leyendo:
Libro: "El estilo del mundo, la vida en el capitalismo de ficción" de Vicente Verdú. Editorial Anagrama. Barcelona, 2003.
2 Comments:
Hola Laia, interesante tema y muy de actualidad en Europa debido a la publicación de las caricaturas de Mahoma en un periódico danés que causaron violentas reacciones en el mundo árabe. Me parece obvio el derecho que tenemos los ciudadanos a recibir información veraz y objetiva aunque esto pueda sonar a cada vez más a utopía por muchas razones. No tengo especiales conocimientos del asunto pero te recomiendo la lectura de:
http://www.arcadi.espasa.com/ (página de Arcadi Espada destacado e influyente periodista español)
http://www.malaprensa.com/
Encantado de saber de ti, suerte con tu blog.
Gracias Manuel, ya echaré un vistazo a las páginas que me recomiendas. Yo también contenta de seguir en comunicación contigo.
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