miércoles, junio 21, 2006



Fragmentos (ligados a gusto y piacere) de La invención de Morel ,de Bioy Casares.
"No espero nada. Esto no es horrible. Después de resolverlo, he ganado tranquilidad. Pero esa mujer me ha dado una esperanza. Debo temer las esperanzas.
Si las mareas han cambiado sus costumbres, la vida en estos bajos será todavía más precaria. Me acomodaré, sin embargo.¡He sobrevivido a tanta adversidad! Viví enfermo,dolorido, con fiebre, muchísimo tiempo; ocupadísimo en no morirme de hambre: sin poder escribir.
A mi llegada había algunas provisiones en la despensa del museo. En un horno clásico y tostado, con harina, sal y agua, elaboré un pan incomible. Muy pronto comí harina en la bolsa, en polvo (con sorbos de agua). Estuve trabajando, lastimándome infinitos días, para hacer una trampa; cuando funcionó pude comer pájaros sangrientos y dulces. He seguido la tradición de los solitarios; he comido, también, raíces. El dolor, una lividez húmeda y espantosa, catalepsias que no me dejaron un recuerdo, inolvidables miedos soñados, me han permitido conocer las plantas más venenosas.
Las mareas diarias no son peligrosas ni puntuales. A veces levantan las ramas cubiertas de hojas que tiendo para dormir y amanezco en un mar impregnado por las aguas borrosas de los pantanos.
Y de pronto hubo dos personas, bruscamente presentes, como si no hubieran llegado, como si hubieran aparecido nada más que en mi vista o imaginación...Me escondí-irresoluto, con torpeza-debajo del altar,entre sedas coloradas y puntillas. No me vieron. Todavía me dura el asombro."

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